jueves, 10 de junio de 2021

LA LEYENDA DE LA BELLA DURMIENTE

 


Escrito por: Jorge Washington

    

     Al mirar el horizonte de la bella ciudad de Tingo María (Perú), vemos el perfil de una hermosa mujer echada de espaldas que mira el cielo y está cubierta de un manto verde: es la montaña de la bella durmiente, símbolo natural de Tingo María. La leyenda, transmitida de generación en generación, la identifica como la Princesa Nunash (princesa de la selva). Se habla también de un joven llamado Cuynac (jefe de la tribu) que atravesando la selva de los huánucos (tribu indígena) se enamoró de la princesa Nunash.


Los dos llegaron a amarse tanto que él levantó un palacete en un lugar cercano al poblado de los Pachas, al que le puso el nombre de Nunash en honor de su amada. Vivieron tiempos felices rodeados de sus vasallos, pero su felicidad quedó truncada cuando fueron atacados por el padre de la princesa, llamado Amaru, convertido en un monstruo en forma de culebra. Cuynac, valiéndose de su hechicería, convirtió a Nunash en mariposa y él mismo se transformó en piedra. Ella, en su nuevo estado de mariposa, voló hacia la selva y retornó con ayuda para combatir al monstruo Amaru.


Los enemigos fueron vencidos. Cuynac entonces trató de recuperar su forma humana sin conseguirlo. Nunash sí pudo volver a su forma primitiva y buscó inútilmente a Cuynac. Cansada, se sentó cerca de la piedra en la que Cuynac se había convertido y se quedó dormida. Mientras dormía escuchó en sus sueños la voz de su amado que decía: “Amada, no me busques, mi voluntad fue pedir a los dioses que me convirtieran en piedra y mi pedido fue complacido. Ahora soy solo una piedra destinada a permanecer en este estado toda mi vida. Si tú en realidad me has querido y me sigues queriendo, deseo que permanezcas a mi lado toda mi vida, sobre este cerro, y que en las noches de luna aparezcas ante la mirada de la gente como una mujer que duerme”. Nunash, siempre en sueños, aceptó la propuesta de su amado y quedó convertida en piedra, la que hoy es la figura de la bella durmiente.

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